Demencia (acompañese con tequila)

Después del trueno...Hay pasos por dar hacia donde el azar decida, hay razones para hacer como que se existe, lágrimas que derramar antes de saltar del puente, un silencio que se rompe con los gritos contenidos en la garganta... Refugios secretos para el libre albedrío, espectros inalcanzables de tanto ser buscados cual santos polvorientos y bombardeados de peticiones y mandas rutinarias...¡Qué personajes para un cuento de demencia! De esos cansados de permanecer ocultos, vuelcan sus emociones en un escenario sin más público que ellos mismos. "¡Pobres dementes!", dice la indiferencia..."¡Pobre indiferencia!", dicen ellos. "No sabe que hacer después del trueno". "Falta un final", gritaban las tendencias. "Entonces sígannos...", respondieron los dementes "...que para esto hay que recorrer un buen trecho y los espectros son impacientes, luego se quejan de que los llaman santos, por eso quieren ser inalcanzables". Así nadie sabrá que ni son tan santos... "Bueno, sigamos adelante, que ya vamos muy avanzados, si no, al rato se olvidan de la demencia y se volverán aburridos..." Toman la palabra los espectros: "Nosotros estamos aburridos de su diálogo, o le encuentran un final o de plano revelamos el secreto para que el mundo se acabe de una vez, nos vale madres si nos tachan de mentirosos por hacerles cavilar a deshoras." Entonces respondieron los demás a coro: "Muy bien, ustedes sigan adelante y nosostros pensaremos el final." Cuando los espectros se alejaban, los otros murmuraron entre sí:"Cuando se alejen lo suficiente, los tacharemos a ellos primero por no saber fingir milagros, de paso fundaremos una nueva secta: Los Dementes Seguidores de Dios..." (A los lectores: acompañen esta lectura con la canción "God´s away on bussines" de Tom Waits, si para entonces no han alcanzado la demencia prueben con "Sepa la bola" de JIS)