De la muerte asistida...

R. I. P.

Lobo Negro

1992 - 2000

Extraño para la sociedad, aceptado por la comunidad lunática.

Me tomé la libertad de hacer un reconocimiento a esta persona, pues, no le sobrevive nadie. Yo fui su amigo y se que él contribuyó para la segunda etapa de publicaciones de la Banda Lunática.

Extraño fue para mi, cuando lei el nombre Lobo Negro en la entrada titulada Memorias de una agregada cultural, publicada en este blog, pues, sabía que este personaje había muerto.

Después de leer, me vinieron de inmediato recuerdos de este amigo muy querido, quien solo a mi me confesaba sus pensamientos y sentimientos más profundos.

Recuerdo el amor que sentía por la Banda Lunática y todo lo que le ayudó esa comunidad de "amigos desadaptados" como orgullosamente solía llamar. Recuerdo, también, como le dolía cuando no se lograba un proyecto surgido dentro de la misma Banda; y, según él, hubo proyectos que solo se quedaron en palabras. Nunca mencionó ese sentir a los lunáticos, solo me lo decía a mi.

Lo conocí desde la infancia y me sorprendieron los cambios que tuvo a lo largo de su paso por esta comunidad, mismos cambios que le abrieron otros espacios en su vida y que yo veía como los disfrutaba inmensamente. Estaba tan agradecido con la Banda, que lo escribió en su biografía; la cual, se ha perdido, pero yo estaba presente cuando lo plasmaba en el papel.

También fui testigo del cambio que tuvo cuando dejo de asistir a las reuniones de la Banda Lunática. Recuerdo como tenía periodos de ansiedad, mal humor y depresivos; aunque él siempre mostraba una imagen de "no pasa nada".

En este lapso de tiempo, me comentó alguna vez que pensaba suicidarse, pero yo tomé ese comentario como otra de sus locuras que le daba su imaginación extraña. Cuando me enteré que había muerto...no pude llorarle.

Tiempo después, investigué un poco acerca de su muerte, me enteré que efectivamente se había suicidado y que le ayudaron en la acción, un maldito súcubo, que se quería llevar su alma al infierno de la rutina y cotideanidad. El caso es extraño, pues, entonces, a esto se le puede llamar asesinato; sin embargo, por las circunstancias y situación que tenía en su vida en el momento del hecho, que no puedo mencionarlas por respeto a su memoria, y porque pondría en peligro mi propia vida pues el súcubo ronda en esta ciudad, no puedo decir que haya sido un asesinato sino una muerte asistida.

Descansa en paz, Lobo Negro.