Bueno, no sé ni por dónde empezar...la verdad es que al
contemplarte dormida se me acongoja el corazón y las manos me tiemblan
al pensar lo que he hecho.
Soy un infeliz, un desgraciado, un
degenerado, vaya, merezco que me coman las ratas, de verdad. Verás, mi
hermoso Satélite color del cielo...te he sido infiel.
Sí, he
sido yo, el que besa tus ojos cada mañana para que despiertes, el que
te abraza con sus piernas mientras la noche se hace más negra fuera de
nuestra alcoba, el que acaricia tus manos sin descanso cuando el café
aromatiza nuestras mañanas. Yo, el ingrato, el condenado, el malaleche.
Bueno,
miento, no ha sido con mala leche, querida Luna Índigo, en serio, no
fue con alevosía...es más, creo que la culpa la has tenido tú.
Sí,
espera, no rompas esta carta ni maldigas mi nombre hasta no terminar
con el texto. Verás, ¿recuerdas el día que limpiamos el clóset y me
mostraste tus fotos de la escuela? ¿Ésas donde llevas tu uniforme
escolar y dos graciosos moños en el pelo? Bueno, hija, que no he podido
quitarme esa imagen de la cabeza, por mucho que dijeras que te veías
mal, que no te gustaba el uniforme...la verdad, mujer, es que no he
dejado de pensar en ti, sí, pero de cuando tenías esa edad.
Esa
edad en la que los pechos apenas te despuntaban...ay, me he imaginado
lamiéndolos de arriba a abajo, hasta llegar a tu ombligo para luego
bajarte esos calzoncitos blancos (o rosas o amarillos), guardianes
celoso del vellito que apenas te despuntaba en el pubis.
Tu
sabor de niña sin experiencia me ha quitado el sueño estas noches
mientras te digo que es por culpa del trabajo. Mientras duermes, Lunita
Aguamarina, saco la foto, la contemplo embelesado olvidándome de tus
pechos maduros y ansiando haber podido estrenar los escondidos bajo la
blusita escolar.
Mujer, que no hay derecho, me has vuelto
pederasta del pasado. Sí, te he sido infiel contigo, con ola que ya no
eres, me cimbró todo de placer mientras imagino cómo hubiera sido
penetrar esa carne tan joven, Dios, pecado, pecado...sí, caray, que no
lo soporto, Lunita Blue, es mayor a mis fuerzas.
Ahora ya lo
sabes todo...no tengo ni valor para verte a la cara. No rompas la foto,
te lo ruego, ésa tú me tiene más loco por ti.
Musiquita

Puse este cassette para que vayan agregando musiquita que les interese escuchemos quienes tengamos ganas. Para ello tienen que acceder a la página del mismo. Las instrucciones están en "Puras Habladas"; no las hago públicas aquí por razones obvias.
viernes, 3 de octubre de 2008
Querida, adorada, Luna Azulita:
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4 comentarios:
Órale!
Una especie de paidofilia que no sería factible de ser sancionada por la ley. Digamos que entramos en el juego perverso de las fantasías sexuales.
Buen texto!
PD
Sólo dale una checada, para corregir ciertos errores de dedo...
Me late.
Como dice Aldar, pedofilia sin sanción pero deseperadamente también sin consumación, eso si que es malaleche.
No hay peor recuerdo que aquel que no sucedio, esta si es melancolìa de la buena y sobre todo una muestra de que deseas a tu pareja en cualquier epoca de su vida... ¿Recuerdas la primera pelicula de Higlander?
Y al principio, empecé a encogerme (de hacerme chiquita) en el asiento, y en seguida mis defensas psicológicas comenzaron a rondar y a decirme que no siguiera leyendo... pero lo terminé. Qué perversa eres!!
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